Lola es una crack! Y sus papás le dan mucha marcha, lo cual siempre es divertido… Me encanta ir periódicamente a su casa a sacarle una foto mientras sus papis hacen el ganso para que eche una sonrisa, aunque, la verdad, no hace falta hacer mucho el ganso para que Lolilla nos enseñe esa risa y se le iluminen los ojillos…
Fotografiar bebés siempre es un reto, pues mandan ellos. A veces, los papás son conscientes de ello, pero otras, por mucho que se lo digo, se agobian pensando que estamos perdiendo el tiempo. Por eso hay que hacer sesiones dinámicas, abiertas a la improvisación. Muchas veces, hay que cambiar de «pose» porque le da el hambre o el sueño, u otras cosas menos agradables… En cualquier caso, lo importante es adaptarse, relajarse y tomarselo con muucha calma. No hay nada peor que una sesión de fotos con niños y poco tiempo. Además si (como es el caso…) los papás tratan bien al fotógrafo, la tarde o la mañana se convierte en un rato muy agradable… (Dios mío! ¿Ya han pasado dos horas?) Otra de las cosas a tener en cuenta es el ritmo del bebé, a qué hora está más activo, cuándo suele echarse una cabezadita, las comidas, el baño… Es importante elegir bien el momento de la sesión si queremos abarcar varias de estas rutinas o, por el contrario, si vamos a necesitar el mayor tiempo posible con el peque «concentrado».
Por último, hay que tener siempre algo guardado en la manga y, si la cosa se pone difícil: sacar la artillería! Con Lola no ha hecho falta todavía, pero lo hará algún día. Podemos usar algún juguete, peluches, los coches dan mucho juego para dirigir la mirada… Y luego, algún otro truquito que os iré contando…
Fotografiar bebés es de lo más recompensante (a pesar de los cientos de «tomas falsas») pues cada gesto es una oportunidad de sacar LA FOTO y luego cuando ves los resultados…. Bueno, creo que Lola todavía tiene las marcas de algún mordisquito que le tuve que dar a escondidas de sus papás!
Seguimos disparando!
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